lunes, 30 de septiembre de 2013

De vuelta

No, no he desaparecido. Sigo aquí; vaga, pero sigo. Ya sé que no tengo ninguna disculpa para haber dejado esto un tanto abandonado. Además, no voy a hacerlo. Sería estúpido decir que no he tenido tiempo y que he estado muy liada porque, como yo misma he dicho muchas veces, si algo te interesa sacas tiempo para hacerlo. Tampoco diría que es falta de interés, sino vagancia. Vagancia pura y dura y buscaba cualquier excusa para no escribir. Pero bueno, ya he vuelto y espero no pasar tanto tiempo sin entrar por aquí.

Hoy os voy a contar una historia que le pasó a un compañero mío a la hora de cobrar a un cliente que iba a pagar con tarjeta. Introduce la tarjeta y cuando pide el código PIN, mi compañero le dice:
+ Número y ok
- (...espera...)
+ Marque el número y luego ok
- (...espera...)
+ Caballero, tiene que marcar el número
- Sí, pero no veo la tecla Y
+ ¿¿¿????? (alucinando). No, caballero, primero tiene que marcar su número PIN, después la tecla de OK.
-  ¡Ahhh!

Pero como se puede ser tan... Sin comentarios.

Ya que voy embalada, os cuento otra historia algo similar, cuando una clienta fue a pagar con tarjeta.
+ Teclee el número secreto y pulse ok (tal y como indica la pantalla del datáfono).
Me mira con cara de "chica tu no te enteras de nada" y me dice:
- No primero hay que darle al ok.
+ No señora, primero el número y después el ok
- Pues aquí (en la pantalla) pone al revés.
Tu sujetando la boca y las manos  y armándote de paciencia.
+ Lealo bien. Es como yo le digo.
- ¡Ah! Es verdad...

Es para soltarle una colleja a ver si así espabila. Me vas a decir a mi lo que pone en el datáfono que llevo miles de cobros iguales. Arrrrrgggg.