lunes, 9 de julio de 2012

La llegada de la oveja

Ya vuelvo a estar aquí. Ya he empezado a currar con  una cierta"normalidad" y vuelvo a retomar mis cabreos y desesperiencias gasolineras.
Bueno, ya ha comenzado el verano. ¿Qué cómo se sabe? no es por el calendario, el sol o el calorcito, sino por la bajada de extranjeros que pasan para ir a sus ciudades de origen. Y con ellos, las "curiosidades", algunas veces buenas y las más, no tanto.

He decidido que muchos no descienden del mono, sino de la oveja. Aunque es un animal "gracioso" y dócil, hay que reconocer que es un ser un tanto "estúpido" (en la película de "Babe, el cerdito valiente" se veía claramente). Allí donde va una, van todas las demás detrás sin importarle nada ni explorar otras opciones. Pues eso, muchos de nuestros visitantes son como las ovejas. Que están todos los surtidores vacíos y uno de ellos va hacia el 4, pues todos detrás. Allí, haciendo cola, esperando que el primero termine. ¡No hay solución! Beeeeee

Éste no es el peor de los casos, porque hay otro especimen que no desciende ni del mono, ni de la oveja, sino del cerdo (sin menospreciar a tan noble animal). Son aquellos que hacen el pic-nic en el parking, rodeados de papeleras, y echan toda su basura al suelo. ¡Cerdo! que no estamos allí para recoger tu mierda, ¿o acaso en tu casa tiras todo al suelo? No soy tu sirvienta aunque tú lo creas.

A colación de esto, me viene a la cabeza un suceso que le ocurrió a un compañero mío hace un par de semanas. Viene un tipo joven, nacional para más señas, y coge dos productos de los que él consideraba que eran de promoción. Al no salirle la promoción (porque había cogido el chocolate del tamaño grande) y de malas maneras, preguntó a mi compañero el porqué no le pasaba la promoción. Mi compañero le comentó (en buen tono) que leyese el cartel de la promoción (puesto que aún no las conocía todas ya que acababan de comenzar). El cliente, con mucho desprecio,le  respondió: "¿Y tú para que estás aquí? Con la cantidad de gente que hay en el paro."
No me dió tiempo a salir para decirle dos cositas, quizás aún no sabía que la esclavitud y la dictadura ya habían acado. Igual había querido que fuesemos como en la película de "Los Santos Inocentes":.. "Para lo que el señorito quiera mandar"



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