lunes, 13 de mayo de 2013

Amigos de sombrilla y paraguas

Hoy me ha dado por pensar en la cantidad de amigos diferentes que uno tiene a lo largo de su vida y los diferentes grados de amistad. Un amigo de mi padre siempre decía que amigos hay pocos y que los demás eran "conocidos y basta". Y hoy, ya ves tu, me ha dado por pensar en ello. Sin ningún motivo o razón aparente.

Dando vueltas al tema, he llegado a la conclusión de que yo quiero ser, y tener, amigos de los que he llamado "de sombrilla y paraguas". De los que están ahí para los días buenos y para los días malos, cuando parece que las tormentas arrecian y no van a parar nunca.
Hay gente que te dice lo de "no quiero molestarte con mis problemas"... Pues para eso quiero que me molestes, para que te desahogues, para escucharte, para estar ahí. Amigos de los de jiji-jaja hay muuuuuchos. De esos, ya hay suficientes. Quedas para tomar un café y ¡hala! hasta otro día.

Algunos de los míos son de los de: "para todo", pero otros aún piensan que quedar un día para hablarte de sus "penas" es "darte el rollo". Pues para nada. Al contrario. Un café, una charla, abrimos la sombrilla o el paraguas (según se tercie el momento) y a casa mucho más tranquilo.
¿Por qué meter la cabeza por una ventana cuando la puerta está abierta?

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